domingo, 3 de abril de 2016

Tutorias


TEMAS PARA TENER EN CUENTA AL REALIZAR LAS TAREAS



Al iniciar el desarrollo de una actividad académica, debemos tener clara la idea de - que es los que nos solicitan desarrollar - , porque si existe la duda sobre la ejecución de la tarea, por mas esfuerzos, o empeño que dediquemos NO llegaremos a cumplir la expectativa.

Sugerencias a analizar.

La tarea tiene relación con el curso que estamos realizando.
Existe el tema de forma directa en los módulos y guías de estudio.
Si existen conceptos nuevos, siempre es de buena ayuda la consulta al grupo.
Realice composiciones de criterios entre compañeros.
Y siempre esta el llamar al tutor. *pasado las 20H00.

La responsabilidad y disciplina en sus hábitos de estudio, lo llevaran a mas de logra un nuevo grado en la institución, a crecer como persona y estar preparado para los nuevos retos de la vida personal y profesional.



Violencia juvenil


La violencia es la expresión de un comportamiento intencionado por parte de una o varias personas que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos sobre otras. Se manifiesta mediante actos agresivos, injustificados, ilegítimos o ilegales, que se distinguen por su malignidad y tendencia ofensiva contra la integridad física, psíquica o moral de otras personas. Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el abuso sexual.
La violencia juvenil puede ser ejercida por jóvenes de forma aislada o desarrollarse por parte de grupos de chicos que se unen con el objetivo de participar en actividades violentas.
Estadísticamente, la violencia juvenil tiene una mayor incidencia entre chicos de sexo masculino, de clase media, con problemas familiares, de sociedades desarrolladas y prósperas y cuya edad oscila entre los 14 y los 18 años.
 
¿Cuál es el perfil de un joven violento?
Los rasgos de personalidad que suelen estar presentes en un joven que ejerce la violencia son:
  • Posee una elevada tendencia a la agresividad, fuerte impulsividad, hiperactividad, escasa capacidad para la reflexión y falta de control sobre la ira.
  • Ha conseguido una escasa socialización desde la infancia, con pocos amigos y grandes dificultades para mantenerlos.
  • Busca el placer y la satisfacción inmediata de sus necesidades y deseos.
  • Muestra frialdad, poca empatía, con dificultades para identificar las propias emociones y las ajenas.
  • Suele expresar una actitud defensiva, desafiante, percibiendo en los demás señales de amenaza y agresión, y  malinterpretando las intenciones que éstos puedan tener.
  • Se cree autosuficiente, pero a la vez utiliza y manipula con frecuencia a sus familiares para conseguir sus propósitos de inmediato.
  • Tiene un bajo sentimiento de culpabilidad sobre los actos violentos realizados e intenta justificarlos. Desprecia los derechos de los demás.
  • Posee una baja tolerancia a la frustración.
  • Tiene una gran incapacidad para aceptar normas o límites de los entornos familiares, escolares y sociales en general.
  • Carece de capacidades para negociar, pactar o ceder.
  • Posee unas habilidades sociales poco desarrolladas, con altas dificultades para la adecuada resolución de los conflictos que se le presentan.
  • Muestra una clara tendencia a afrontar los problemas mediante la fuerza y la imposición.
¿Cómo prevenir la violencia juvenil?
La prevención de la violencia es responsabilidad de todos: padres, familiares, educadores, psicólogos, pedagogos, sociólogos, políticos, medios de comunicación, etc. De todas formas, es a la vez muy importante tener en cuenta que el principal factor protector de la violencia es el familiar y el escolar, y es  imprescindible trabajarlo desde la infancia.
Los padres deben ejercer una autoridad desde el afecto y el amor, estableciendo límites y normas constantes y coherentes. Es fundamental, a la vez, transmitir y practicar valores como la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad, la motivación y valoración del esfuerzo, la cooperación, el respeto por los demás, la igualdad sexual y la pluralidad cultural. Dedicar tiempo a los hijos, reforzarles las actitudes deseables, valorarlos, enseñarles a manejar la frustración, identificar problemas puntuales que éstos puedan tener y acompañarlos en la resolución adecuada son pautas recomendables que los progenitores deberían llevar a cabo para prevenir el surgimiento de violencia dentro del núcleo familiar.
Desde la escuela, es también importante hacer un trabajo de prevención de la violencia, coordinado con las familias, para la enseñanza de los mencionados valores y el desarrollo de las habilidades necesarias.
Fuente: Canales MAPFRE de Salud.